Las sucesivas revoluciones industriales y los correspondientes aumentos de la productividad han favorecido una reducción continuada de la jornada laboral. Ahora ya acumulamos muchos años con una jornada laboral de entre 38 y 40 horas semanales, y se dan los condicionantes para reducirla más. Por Oriol Amat, Decano de la UPF Barcelona School of Management, catedrático de la UPF, Vicedecano del Col·legi d’Economistes y Vicepresidente de la Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección (ACCID) – El Económico.
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